En el mar, hacia finales de septiembre llega una ráfaga de viento más fría.
El cielo palidece por un momento y luego todo vuelve.
Casi nadie lo nota.
Tienes que estar harto del mar y la luz para notarlo.
Quien ve esto, él sabe que la tela del verano ha sido perforada irreparablemente
y se acerca el otoño.
(Fabrizio Caramagna)
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